miércoles, 7 de enero de 2009

Historias del Eco

Gordi y su trabajo
Lo primero que veo todas las mañanas es la cara de Gordi, que me grita incoherencias. A las 11 hace una pausa para tomar un café, que no se muy bien de dónde saca. Me paso la media hora de descanso mirando las extrañas formas geométricas de las nubes del Eco. Después prosigo mi camino, aguantando los gritos y los insultos de Gordi. Parece disfrutar con su trabajo.
A las 8 de la tarde se pone un sombrero de hongo y coge un maletín negro (que debe tener guardados en el mismo sitio que el café) y se aleja con semblante serio, como si estuviera muy concentrado en varias cosas a la vez. Ayer, cuando estaba a punto de irse, decidí invitarle a una cerveza en un bar cercano.
Durante todo el camino Gordi estuvo muy callado. Nos cruzamos con varios grupos de monas muy monas, valga la redundancia, pero Gordi ni siquiera las miró. Estaba muy preocupado pensando en cómo fastidiarme al dia siguiente. Me parece que le dan comisiones.
Cuando llegamos al bar, Gordi sacó su maletín y empezó a marcar y a clasificar unos papeles. Le hice una pregunta para romper el hielo.
-Dime, Gordi... Ya no piensas nunca en el otro sexo?
Gordi paró un segundo para mirarme desconcertado. Después, con la vista clavada en los papeles, me preguntó:
-El otro sexo?-Sí, el otro sexo.
-Te refieres... a las pajas con la izquierda?- preguntó sin dejar de trabajar.
No supe qué contestar, así que me quedé ahí, tomándome la cerveza. Los días como este hacen que me vuelva a doler el culo.