jueves, 18 de diciembre de 2008

Historias del Eco

Un piedra que una persona especial dejó abandona en el camino. Es muy vieja, pero a mi me encanta. Quiero compartirla con vosotros para que no quede enterrada en el olvido.
El Eco. El mono
Me duele el culo. Supe que me dolería mientras caía desde lo alto de la gran escalera de caracol. No sé si la caída se puede medir en metros, en litros, en minutos o en toneladas,y la verdad es que no me importa porque me duele el culo. Me pregunto qué habria pasado si hubiera caído de cabeza. No creo que pudiera estar escribiendo esto.
Me duele el culo y un enorme simio vestido con chaqueta y pantalones vaqueros se ríe de mi mientras me alejo, incapaz de creer todo lo que ven mis ojos. Este lugar es indescriptible. Es como si un gnomo hubiera cambiado un par de decimales al azar en la gran cuenta conocida como la creación del universo. Los árboles son
cuadrados. No entiendo cómo los edificios se tienen en pie. Me parece que el viento tiene un sonido peculiar, pero no puedo estar seguro; las carcajadas del mono eclipsan cualquier ruido. Creo que me está lanzando heces. A ver. Sí, de hecho.
Ese mono fue lo primero que vi al tocar el suelo. Mientras me preguntaba dónde estaba se acercó de rama en rama, dando unos alaridos escalofriantes. Me miró y me dijo:
- Hahahahahahaha! Qué patoso eres! Yo puedo balancearme de rama en rama dando escalofriantes alaridos! Yo soy mejor mono que tu! Puedo comerme una docena de plátanos! Sé lanzar heces! Y mira!- dijo, señalándose los dedos de los pies-. Puedo coger cosas con los pies! Soy mucho mejor mono que tú!
Me levanté y me fui, frotándome el trasero. "Puede ser-pensé-, pero no eres más que un mono y nunca lo serás".
A partir de hoy colgaré un capítulo de "Historias del Eco" una vez a la semana.