lunes, 22 de diciembre de 2008

Un abrazo vale más que mil palabras

Se trata de un acto psicomágico donde entramos en contacto con la energía del padre (si no lo tuvimos, o fue una figura ausente) en el que una persona de más edad y sabiduría debe interpretar el papel de Padre arquetípico, o Cósmico: Donde entramos en contacto con nuestro padre cósmico, en forma de un abrazo largo, cabeza con cabeza. Donde podemos tocarnos las espaldas y los corazones laten uno frente al otro.
Con ese ejercicio estaremos “reincorporando” una energía que no nos fue transmitida, de hecho es una energía fundamental para poder actuar como hombre.
Vivimos en una sociedad que nos ha transmitido que los hombres no se tocan y tampoco lloran (Los hombres están desconectados de su centro emocional)
-Si tu padre no te toca, no puede transmitirte su fuerza.
-Si nunca te dejó ganarlo ni superarlo no tienes acceso a la fuerza masculina.